Separarse, parte 2: Cogiendo cita con el abogado

Escrito por María Dolores de Cárdenas el día 5 de septiembre del 2017.

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Una vez que ya sabe – más o menos – qué quiere, la persona que va a separarse tendrá que pedir cita con el abogado. Recordemos lo dicho en el post anterior sobre si va a ir sola o con su pareja, porque es fundamental en este segundo caso que ambos estén de acuerdo en qué abogado acudir y hablen previamente para tener acordado cómo quieren hacerlo.

Veamos los tres aspectos más importantes que se han de tener en cuenta cuando se va a pedir cita con un abogado para separarse:

1º Conviene llamar a un abogado que trabaje en el municipio donde se encuentre el domicilio familiar, o en su partido judicial. No es estrictamente necesario que sea así, ya que los abogados podemos ejercer en todo el territorio español, pero sí es aconsejable en términos prácticos y económicos: prácticos, porque la ley exige que la demanda se presente en el partido judicial del lugar del último domicilio familiar como regla general, y es bueno escoger a un abogado que conozca las “costumbres” del lugar; y económicos, porque se evita pagar el desplazamiento del abogado hasta el juzgado de otro lugar que no es donde tiene el despacho.

2º Tanto si es un abogado conocido como si no, hay que averiguar o preguntarle si es especialista en Derecho de Familia. Los abogados estamos especializados en alguna o algunas materias, ya que es imposible conocer a fondo todos los tipos de procedimientos, todos los campos del Derecho y estar al día de todas las novedades legislativas en cualquier materia. Los despachos medianos y grandes suelen tener profesionales que abarcan varias materias, pero los pequeños despachos y abogados individuales suelen centrarse en uno o varios campos. Por eso hay que asegurarse de que quien vamos a contratar sea realmente un especialista en separaciones, a fin de evitar pérdidas de tiempo o incluso riesgos innecesarios.

3º Es aconsejable informarse de las tarifas aproximadas del abogado antes de visitarle. Lo mismo que hacemos de manera natural cuando pedimos cita en una peluquería, en un taller o incluso en un médico, lo debemos hacer también al llamar al abogado. Este deberá informar previamente del coste de la consulta y también del precio aproximado del procedimiento. Cierto es que resulta difícil para un abogado, antes incluso de conocer al cliente y el caso, saber cuánto trabajo llevará el asunto (y por tanto, cuánto se le va a cobrar) pero quien viene a nuestro despacho tiene derecho a saber el precio de lo que va a contratar y debemos informarle lo más ajustadamente que podamos.

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